LA HISTORIA DE SANTA MARY MACKILLOP 1842 – 1901
Mary MacKillop nació el 15 de Enero de 1842 en Fitzroy, Victoria en Australia. Sus padres, de origen escocés, fueron Alexander MacKillop y Flora MacDonald.
Mary, la mayor de los ocho hijos, fue bien educada por su padre, quien estudió algunos años en Roma para el sacerdocio pero que por razones de salud volvió a Escocia, su país natal, estuvo allí hasta 1835, fecha en que emigró a Australia con sus padres. Desafortunadamente, carecía de conciencia financiera, por consiguiente, la familia se encontraba a menudo sin casa propia, dependiendo de amigos y parientes y frecuentemente separados unos de otros.
A la edad de dieciséis años, Mary se ganaba la vida y ayudaba enormemente a su familia, como gobernanta, como empleada de la firma Sands y Kenny (actualmente Sands y MacDougal), y como maestra en la escuela de Portland. Cuando se desempeñaba como gobernanta para los hijos de su Tío en Penola, Mary conoció al Padre Julian Tenison Woods, quien con una parroquia de 22.000 millas cuadradas/56000 kilómetros cuadrados, necesitaba ayuda en la educación religiosa para los niños del campo. En aquél entonces, la familia de Mary dependía de su sueldo, por consiguiente ella no estaba libre de seguir su sueño. Sin embargo, en 1866, enormemente inspirada y alentada por el Padre Woods, Mary inauguró la primera Escuela de San José en un establo deshabitado de Penola.
Mujeres jóvenes vinieron a unirse a Mary y así comenzó la Congregación de las Hermanas de San José. En 1867, Mary fue requerida por el Obispo Shield para ir a Adelaide a fundar una escuela. Desde allí las Hermanas se expandieron, en grupos, por pequeños asentamientos y por grandes ciudades alrededor de Australia, Nueva Zelanda y ahora en Perú, Brasil y campamentos de refugiados de Uganda y Tailandia. Mary y estas primeras Hermanas, juntamente con otras Órdenes Religiosas y Maestras Laicas de aquél tiempo tuvieron una profunda influencia en la formación de la Educación Católica como hoy la hemos llegado a conocer y experimentar. Ella también fundó un Orfanato, Providencias para el cuidado de los indigentes y de los pobres, tanto de jóvenes como de ancianos, para refugiados, ex-prisioners y ex-prostitutas, quienes quisieron hacer un nuveo comienzo en la vida.
A lo largo de su vida, Mary tuvo que soportar la oposición de gente de fuera de la Iglesia e incluso de algunos que estaban dentro de ella. En los momentos más difíciles rehusó atacar a quienes erróneamente la acusaban y socavaban su trabajo, pero continuó creyendo en la forma en que Dios la llmaba y estuvo siempre dispuesta a perdonar a quienes la agraviaron.
Durante su vida Mary padeció de mala salud. Murió el 8 de Agosto de 1909 en el convento de la calle Mount de North Sydney, donde su tumba está ahora guardada como reliquia. Desde entonces la Congregación ha crecido y su número ahora asciende a unos 855. Trabajan, en su mayoría, en Australia y Nueva Zelanda, dispersas individualmente o en pequeños grupos alrededor del mundo. A las Hermanas Josefinas de hábito marrón se las veía en las escuelas de las grandes ciudades, en los caminos polvolrientos del monte, en modernos hospitales, entre la multitud de peregrinos, trabajando con los ‘niños de Dios’ –los sin hogar, los nuevos inmigrantes, los Aborígenes, los solitarios e indeseables, en cuidado indirecto y mediación, en actitud solidaria y comunitaria. En sus esfuerzos por respetar la dignidad humana de los demás y cambiar las estructuras injustas, las Hermanas y los muchos otros que también comparten el espíritu de Mary MacKillop continúan el trabajo que ella comenzó.
Esta gran mujer Australiana inspiró gran dedicación a la obra de Dios en las nuevas colonias de entonces. En el mundo actual, ella se erige como un ejemplo de gran valor y confianza en su vivir de la amorosa compasión de Dios y en su cuidado compasivo de los necesitados.
Fue canonizada en Roma por el Papa Benedicto XVI el 17 de octubre 2010.
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